Presiones para que Johnson anuncie su renuncia definitiva
El primer ministro británico intenta dejar su impronta en el Ejecutivo con el nombramiento de un nuevo Gabinete
En una sorprendente vuelta de tuerca de la crisis en el seno del gobierno británico, el primer ministro Boris Johnson nombró un nuevo gabinete justamente antes de presentar su dimisión como líder conservador. Toda una declaración de intenciones, sobre todo la de permanecer en el cargo al menos hasta que se tome nombre a una nueva cabeza para la formación, pero probablemente, según fuentes citadas por la prensa local, con la secreta intención de quedarse en Downing Street durante el verano, una decisión que no cuenta con el apoyo de la formación, dentro de la cual muchos quieren que se vaya cuanto antes. Por ejemplo, una fuente anónima de «alto rango» citada por el diario The Guardian, y que estuvo con Johnson en las 48 horas previas al anuncio, dijo que su comportamiento en ese lapso «ha sido imprudente y errático. No se puede confiar en que dirija el país hasta el otoño. Dios sabe lo que hará», mientras que un exasesor gubernamental calificó directamente como «peligroso» que permanezca en el cargo.
Los nombramientos del premier se produjeron tras la cascada de dimisiones en el Ejecutivo, que empezó con las del ministro de finanzas, Rishi Sunak, y el de Sanidad, Sajid Javid, dos de los nombres que suenan como posibles sustitutos de Johnson, y que acabó sumando más de medio centenar de trabajadores. Entre los reemplazos están James Cleverly, a quien nombró ayer por la mañana ministro de educación, en sustitución de Michelle Donelan, que renunció tras menos de dos días en el cargo, después de que fuera designada, a su vez, para sustituir a Nadhim Zahawi, que fue nombrado titular de Finanzas tras la renuncia de Sunak. Un puzzle complicado, sobre todo porque no está claro si el aún premier tiene suficientes aliados para cubrir todas las vacantes, y si no logra formar gobierno, podría tener que abandonar antes de lo previsto.
En todo caso, ayer por la tarde celebró, horas después de haber anunciado su dimisión, su primer encuentro con el nuevo gabinete, a cuyos miembros les dijo que no le corresponde a él «hacer un cambio importante de dirección» en este momento, pero matizó que «no hay excusa» para «quitar el pie del pedal». Downing Street señaló en un comunicado que «el primer ministro inauguró el gabinete dando la bienvenida a quienes regresan o se unen por primera vez» y dijo «que su prioridad ahora será continuar cumpliendo con las promesas» del programa electoral y «asegurarse de que el gobierno esté del lado de la población» en un contexto de aumento del coste de la energía, del transporte y la vivienda.
Johnson, continúa el texto, «dejó en claro que el gobierno no buscará implementar nuevas políticas o hacer cambios importantes de dirección, sino que se concentrará en cumplir con la agenda en la que se eligió al gobierno» y puntualizó que «las decisiones fiscales importantes deben dejarse para el próximo primer ministro». Al final de la reunión, los asistentes se negaron a dar declaraciones a la prensa.
Mientras tanto, el partido ha puesto en marcha los procedimientos para elegir un nuevo líder. El cronograma lo decide el Comité 1922, cuyo líder es Graham Brady, y las reglas actuales establecen que los candidatos necesitan el apoyo de al menos ocho diputados conservadores para poder presentarse a la carrera por la sucesión., pero las reglas podrían cambiarse. Después se celebran una serie de votaciones hasta que queden solo dos, y entonces se convoca una elección en la que participan todos los miembros del partido.
Entre los posibles candidatos suenan los nombres de Ben Wallace, actual ministro de Defensa y que según una encuesta de la consultora YouGov es uno de los favoritos, Rishi Sunak, que ejerció como titular de Finanzas hasta su dimisión esta semana, y desencadenó una reacción en cadena en la que renunciaron más de 50 cargos del gobierno, y Liz Truss, ministra de Exteriores y uno de los pesos pesados del gobierno de Johnson, que precisamente ha guardado silencio en los últimos días pero que siempre ha estado del lado del premier. Sajid Javid, que renunció como ministro de Sanidad, también podría aspirar al cargo que Johnson dejará vacante, así como Penny Mordaunt, ex ministra de Defensa y convencida brexiter que no ha tenido ningún papel protagónico en los últimos meses salvo por sus críticas al «partygate» y a quien sin embargo, los resultados de una encuesta de miembros del partido publicada el fin de semana por ConservativeHome la colocan como la segunda opción, justo detrás de Wallace.
Si el partido es capaz de formar un gobierno estable, no es necesario que se convoquen elecciones generales, salvo que el Partido Laborista cumpla con su amenaza de una moción de censura si Johnson no se va de inmediato. De hecho, ni Johnson ni su predecesora, Theresa May, convocaron elecciones justo al asumir sus cargos.
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